martes, 9 de junio de 2009

Cierre definitivo

Ahora sí, ha llegado el momento de decir adiós. Mi inactividad en este blog lo ha condenado a desaparecer. No es un adiós a la literatura ni a mi vena creativa, no por favor. No concibo mi vida sin la creación literaria. Simplemente es un adiós a esta plataforma concreta, un hastaluego que me lleva a abrir nuevos proyectos de creación, posiblemente en la esfera blog, pero un paso más allá de la firma y los valores que representa Amor sin Hache.
Gracias de corazón a todos los que me habéis seguido durante estos tres años de actividad poética-reflexiva. Jamás olvidaré mi primer contacto con la blogesfera ni vuestro apoyo. Un abrazo muy grande.
Sergio.

Último deseo

Salió del hospital. Condujo rápidamente hasta la tienda de juguetes más cercana y aparcó en doble fila.

- Hola- saludó a la dependienta- ¿Tienen juguetes con forma de caballito? De esos pequeños, de vaqueros.
La dependienta sonrió amablemente y pidió un momento. Tecleó en el ordenador, se disculpó y desapareció por la puerta del almacén. Volvió en dos minutos.
- No, no tenemos nada así.
- ¿No?
- No. Tenemos peluches con forma de vaca, de león, elefantes, hipopótamos, serpientes, rinocerontes, tigres, un pescado de la película esa famosa y un unicornio.
Se hizo el silencio. Un silencio crudo y triste.
-Ya... Pero es que mi hijo quiere caballitos, ¿está segura de que ha mirado bien?
- Sí señor, no tenemos ningún caballito. Lo más parecido a un caballo es el burro de la película esa famosa. Tiene sonidos, habla y se mueve, es muy gracioso.
- Ya, pero no es un caballito... Bueno, muchas gracias.

Salió de la tienda. El coche no estaba. En su lugar, pegada en el asfalto, una pegatina del servicio municipal de grúas.