martes, 9 de junio de 2009

Cierre definitivo

Ahora sí, ha llegado el momento de decir adiós. Mi inactividad en este blog lo ha condenado a desaparecer. No es un adiós a la literatura ni a mi vena creativa, no por favor. No concibo mi vida sin la creación literaria. Simplemente es un adiós a esta plataforma concreta, un hastaluego que me lleva a abrir nuevos proyectos de creación, posiblemente en la esfera blog, pero un paso más allá de la firma y los valores que representa Amor sin Hache.
Gracias de corazón a todos los que me habéis seguido durante estos tres años de actividad poética-reflexiva. Jamás olvidaré mi primer contacto con la blogesfera ni vuestro apoyo. Un abrazo muy grande.
Sergio.

Último deseo

Salió del hospital. Condujo rápidamente hasta la tienda de juguetes más cercana y aparcó en doble fila.

- Hola- saludó a la dependienta- ¿Tienen juguetes con forma de caballito? De esos pequeños, de vaqueros.
La dependienta sonrió amablemente y pidió un momento. Tecleó en el ordenador, se disculpó y desapareció por la puerta del almacén. Volvió en dos minutos.
- No, no tenemos nada así.
- ¿No?
- No. Tenemos peluches con forma de vaca, de león, elefantes, hipopótamos, serpientes, rinocerontes, tigres, un pescado de la película esa famosa y un unicornio.
Se hizo el silencio. Un silencio crudo y triste.
-Ya... Pero es que mi hijo quiere caballitos, ¿está segura de que ha mirado bien?
- Sí señor, no tenemos ningún caballito. Lo más parecido a un caballo es el burro de la película esa famosa. Tiene sonidos, habla y se mueve, es muy gracioso.
- Ya, pero no es un caballito... Bueno, muchas gracias.

Salió de la tienda. El coche no estaba. En su lugar, pegada en el asfalto, una pegatina del servicio municipal de grúas.

viernes, 20 de marzo de 2009

Encuentro

Fue raro. Me quedé quieto, mirando cómo se acercaba con un poco de reparo. Me gustó su actitud, me puse en pie y fui a su encuentro. Dos besos de hielo dónde un día hubo un incendio. Palabras típicas, saludos protocolarios ante un encuentro ineludible. Joder, tú y yo, que fuimos tan grandes. Enormes. Lo más grande del mundo. Y míranos, dos desconocidos con un pasado común y un encuentro casual cada año y medio. Qué vas a decir.
Cuando pasa el tiempo y piensas en esa persona, crees que el reencuentro tendrá sembrado la semilla de la melancolía. Pero no fue así. Me encontré con la misma persona de siempre: su voz, su sonrisa, su actitud. No sentí más que una alegría enorme, no hubo nada más. Tenía ganas de verla, muchísimas ganas. Y la vi.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Tendría que inventar un idioma

Las palabras se crearon para el mundo
para el cielo el agua el sueño
el hambre el tiempo el miedo
las palabras se inventaron para describir
pero no para expresar lo indescriptible
son limitadas
son finitas
no son imágenes
no son palpables
lo que siento es subjetivo
que existe es evidente
pero no logro expresarlo
no quiero caer en el tópico
ni usar palabras de segunda mano
quiero reinventar la esencia
si no prefiero el silencio
el punto en boca
el folio en blanco
recitar escritos de otros
mientras invento verbos
un idioma
y por último un verso

jueves, 15 de enero de 2009

Tú, que tanto has vivido, ¿no has aprendido nada en todos estos años?

domingo, 21 de diciembre de 2008

Breve

Recuerdo una tarde tan larga que se convirtió en noche, luego en mañana.

martes, 4 de noviembre de 2008

Ella

Ella es como los cinco minutos de la mañana más temprana: nunca quiero que terminen; nunca quiero que se vaya...

jueves, 25 de septiembre de 2008

La condena que merezco

Cada vez tengo más claro que jamás te marcharás de mi. Yo lo intento, pero siempre vuelves en algún momento puntual. Vuelves en una puta canción, en un paisaje conocido o por conocer. Estás en los poemas más tristes, en las cartas de los restaurantes y en los helados de vainilla.
Amarte y ser dichoso durante un tiempo tenía la condición implícita de seguir recordándote por siempre cuando todo terminase. Y ahora cumplo la condena que merezco por no pensar las cosas con frialdad, por hacer caso a esa parte del corazón a la que nunca le meto un cojín en la boca.
Tengo un fueguecillo dentro del pecho que se enciende en el momento más inesperado y hace arder la parte más profunda de mi. Un fuego que en noches de recuerdo me carboniza como a un montón de ramas secas.

sábado, 23 de agosto de 2008

Mayra


Sé muy poco de ti,
tu nombre es sinónimo de misterio.
Aunque sea tu sonrisa un cuadro expresionista,
un collar de perlas,
el sueño de un dentista,
no sé nada de ti.
Aunque te muestres diáfana y cercana
y tu alegría me contagie el alma,
sólo conozco tu nombre sin apellidos
y dónde encontrarte en las noches de verano.
¿Qué pasará cuando caiga el invierno?
¿Dónde irás a parar cuando el viento helado
se lleve el último rayo áureo de estío?
Quién sabe.
Seguro que seguirás brillando
en los días lluviosos,
y con tu simpatía alegrarás el cielo gris de enero.
Plantarás flores en los nubarrones oscuros,
y lograrás que las gotas de lluvia parezcan
cascadas de pétalos de rosa.
En los días de lluvia te recordaré, Mayra.
Y un pequeño fuego de verano,
de playa,
de sal y arena,
ron y ginebra,
seguirá vivo en el pecho gracias a la evocación
de tu sonrisa lejana,
de la luz de tus ojos de canela
mirándome alegres mientras me ofertas
dos copas al precio de una
y un pase gratuito para discoteca.

martes, 19 de agosto de 2008

En una noche como esta

En una noche como esta desmarinamos
a la luna del mar.
Enterramos nuestros miedos en la arena
y los cubrimos con sal.
En una noche como esta
dos perfumes de sesenta euros
se mezclaron en una nueva fragancia unisex
de ciento veinte,
se plantaron semillas de versos futuros
y nació una felicidad etérea
que más tarde se deshizo en lágrimas tristes.
Sellamos con miradas un pacto entre carmín
y labio desnudo,
soñamos ilusos a la luz de mil velas
con la eternidad mal comprendida desde nuestros
ojos de mortales.
Pero llegó el principio sin fin,
y el momento se hizo eterno en el recuerdo de una noche.
Nuestra noche. Una noche como esta.
Una noche que a diferencia de la de hoy
tenía la promesa rutinaria del te quiero,
del nos vemos mañana.
Y pronto el balcón de una habitación solitaria
con vistas a ninguna parte
se nubló con el brillo de tus ojos pardos
con reflejos de aguamarina.

lunes, 7 de julio de 2008

Cerrado por vacaciones


Como cada mes de Julio, en Amor sin H nos vamos de vacaciones. Por delante, un viaje a Barcelona para ver a Bruce Springsteen, un mes en mi ciudad natal, Gandía, y un reencuentro con viejos y grandes amigos.
Volveré en septiembre con mucha ilusión y grandes proyectos. Tengo pensada una remodelación de contenidos que nos devolverá al formato original, enfocado a la poesía pero también al reportaje periodístico y las crónicas de viaje, las entrevistas, y muchas, muchas sorpresas más. Os prometo que el año que viene será el año de Amor sin H, que como el que no quiere la cosa cumplirá en diciembre dos años de vida y tres temporadas en activo. Todo un logro personal.
Sólo me queda desearos que este verano sea el vuestro, que no echéis de menos a nada ni a nadie por tener cerquita a toda la gente que os importa, que al fin y al cabo eso es lo más grande de la vida, y que seais felices allá donde estéis. Un fuerte abrazo de

Sergio Pellicer

P.D.: A modo de despedida, hoy os regalo un poema, el último que publico hasta septiembre. Se llama "Armario barato de contrachapado".

Encuentro casual con una foto de tu armario,
un mueble barato de contrachapado,
testigo de noches de fuego
apagadas por la andanza de una manecilla macabra
que no se detiene por nadie ni nada.
Apoyado en tu armario
yo habría pasado mil noches como aquella,
explorando tus curvas,
quitándote la ropa que salió de sus entrañas
y devolviéndola a sus oscuros rincones,
a sus cajones repletos de modelitos
de otoño, invierno, primavera y verano.
Tu ropa... ¡oh, tu ropa!
La última barrera entre tu cuerpo y mis manos,
obstáculo entre la caricia imperceptible y el tacto
más intenso.
Ahora tu armario estará lleno de prendas
que jamás he visto,
tu armario barato de contrachapado...
Y tal vez alguien desabroche
los botones de tus nuevas blusas,
las cremalleras de tus nuevas faldas,
mientras las viejas, olvidadas en el cajón más alto,
mantienen mis huellas
desgastadas a base de lavados,
de polvos quitamanchas,
de tardes que viviste al margen de mi recuerdo
en alguna calle que yo jamás he pisado.
Al margen del tiempo, tu armario de contrachapado.
Al margen del olvido, el mueble endeble.
Al margen de todo, ajeno a la vida y la muerte,
un objeto inanimado.
Un armario con una puerta que no cierra
y un cajón descolgado.

martes, 1 de julio de 2008

Pensamiento

vivo en un mundo de farloperos
que se creen héroes nacionales
chicas de pasarela
con ojos bonitos
que pretenden arrodillarte
y convertirte en su esclavo
a cambio de una noche de deseo
ladrones de guante blanco
vestidos con traje y corbata
traficantes sin escrúpulos
policías que no son fieles a su placa
cenicientas de saldo y esquina
como dijo el rey sabina
estrellas de pop en lata
que se equiparan a jim morrison
actores de pacotilla
que se creen eric banna
prepotentes enfermos de titulitis aguda
políticos que juran la bandera
por un ferrari y un chalé en marbella
personas ahogadas por la rutina
que dejan su salud en manos de un banco
la bolsa y la vida en una hipoteca
que bajo la piel de cordero es un lobo
un atraco
la guerra de la audiencia a toda costa
no importan los valores sólo los millones
tienen cinco años y ya dicen "hijoputa"
tienen quince y sólo piensan en ropa
sexo excesos droga
vivo en un mundo que está vacío
al primer golpe de vista
hay que levantar la piedra
para ver la flor
hay que rebuscar en el cubo de la basura
de lo socialmente aceptable
y exitoso
para encontrar los tesoros
del mundo
las sobras de la realidad
lo que no tiene
cabida en el éxito
en el mercado
lo que no produce beneficio
aquello que no encandila a las masas

jueves, 26 de junio de 2008

Imagino


Te imagino sentada frente al mar, en una playa de blanca y fina arena. Miras el horizonte sin saber muy bien por qué; tal vez me echas de menos. O a lo peor maldices mi recuerdo ¿qué sé yo? Pero en mis sueños yo soy el que imagina, y voy a imaginar que me echas de menos, que recuerdas mis besos, mis caricias, que recuerdas mis ánimos y mi apoyo incondicional. Que echas en falta compañía bajo la sombrilla, alguien con quien compartir la toalla. Algo tan sencillo como comprar un par de napolitanas en la panadería de debajo de tu casa y comerlas asomadas al balcón del séptimo cielo.
Sueño un sueño reflexivo, como un pronombre. Me miro en el espejo. Sé que, de todo lo que existe en el mundo, eres lo único imposible. Lo único que no puedo conseguir, lo único inalcanzable. Y es triste saber que sólo me queda imaginarte en un contexto idílico, en una situación que posiblemente no ocurra ni ocurrirá jamás, pero que ocurrió algún día. Imaginarte para estar un poco más lejos de la realidad y convertirla en sueño, un poco más cerca del sueño que un día fue real.

martes, 24 de junio de 2008

Reflexión


Que se pare el tiempo, que sea siempre hoy, este momento perfecto. Que no cambie nada, ni la dirección del viento, y que no envejezca una pizca de mi entorno ni yo mismo. Quiero vivir por siempre en este minuto, que todo se mantenga en equilibrio. Cambiar la emoción del porvenir por el seguro de una felicidad de roble, eterna. ¿Para qué quiero más, si lo tengo todo? No me arriesgo a perder lo que me mantiene vivo por ganar en caprichos superfluos. Hacía tiempo que no me sentía tan dichoso.

domingo, 22 de junio de 2008

Cuando todo termina

Cuando todo termina, escenas cíclicas se repiten hasta la saciedad, hasta el límite del absurdo. Palmadas en la espalda, tampoco era tan guapa, tú vales más que ella. Cielos rotos, paseos reflexivos por la playa, borracheras sinsentido y potas en la acera. Lágrimas de cocodrilo resbalando por la cara.
Se devalúa el valor de las palabras, la opinión muta como la gripe ante estímulos externos. Mi vida no vale nada. Te echo de menos. Pues no, es cierto, ahora estoy mejor. Si le di mi vida y no la quiere, que le den. ¿Qué más puedo darle, qué es lo que quiere? Sencillamente no me quiere. Y toca llorar de nuevo al amanecer solitario.
El fin no tiene sentido, no intentes buscarlo. El fin no tiene razones, y si las tiene jamás las podrás entender. El fin llega cuando menos te lo esperas. Y entonces, antes de darte cuenta, le llega el fin a su recuerdo. Y tu historia de altibajos, tragedia griega, se acaba para siempre.

lunes, 16 de junio de 2008

Arual

Arual era el lugar donde todo sabía a miel,
a vino dulce, a helado de vainilla;
era mi patria, la tierra prometida,
un paraíso formado por líneas curvas
extraviadas en rincones de un cuerpo perfecto.
Arual era un refugio en las tardes de invierno,
con el frío como antagonista principal;
un lugar de evocación marinera
en noches melancólicas de agosto,
lejos del principal nucleo amoroso.
Arual era un incendio provocado
por la ausencia de reglas rígidas,
un vehículo con el depósito cargado
rumbo al país de los sueños imposibles.
Arual es promesa, cosas que nunca ocurrieron;
un sitio mágico que invita a la ensoñación,
a lo que no es ni será jamás,
a lo que pudo haber sido.
Arual es un recuerdo difuminado,
un jardín de algas sembrado de tesoros
reconstruidos con ayuda de la memoria;
es una parte de mi vida,
extinta pero presente, amada y dolorosa,
un resquicio hiriente del pasado
que asoma en veladas solo o en compañía.
Arual son sabores olvidados,
vistas desde un séptimo piso
en primera línea de playa;
descosidos incosibles con aguja e hilo,
remiendos absurdos que terminan por ceder
ante el ariete de la realidad irrecobrable.
Arual son sábanas perfumadas
con una fragancia solitaria,
cojines pensados para dos
monopolizados por una sola cabellera,
una habitación compartida
que ahora está vacía.
Es lo que ya no sé si existe
pero sé que fue en el pasado,
un billete de ida y vuelta para enamorados,
una eternidad en el exilio.

sábado, 14 de junio de 2008

La hoja de la guadaña

Se escucha un lamento cruzando la noche,
el llanto de alguien perdido.
Quién sabe si realmente no sabe dónde está
o si ha querido adentrarse en el olvido.
En la oscuridad absoluta
recorre los callejones sombríos.
Habla a solas con la nada
y maldice a los dioses antiguos.
¿De dónde huye, a dónde va?
¿Qué le ha partido la vida
por la mitad?
En su corazón de invierno
no hay lugar para las flores,
no quedan maceteros, regaderas
ni colores.
Las semillas de antaño son ahora
brotes de podredumbre,
los viejos sueños sardinas enlatadas
en pompas fúnebres.
Pobre diablo, vómito en la noche.
Pobre loco, corredor de apuestas sin plata.
Olvidaste que la suerte no existe,
que el azar es una leyenda urbana:
tienes lo que te has ganado a pulso,
a ritmo de mala vida y cubatas.

Ha muerto su voz

Ya murió la voz en la infinidad del espacio.
Ahora no es más que un recuerdo angustioso.
Le lloran las cuerdas vocales
y los que amaban sus susurros,
se lamentan los micrófonos
y las paredes que menospreciaron su eco
en eras de abundancia sonora.
Ya murió la voz. No queda su palabra,
ni una sílaba, ni una estrofa sangrienta.
No queda nada que no se escriba
con las mismas letras que el silencio.
No hay en el mundo una pizca de su llanto,
de su risa,
ni siquiera el sonido de un miserable estornudo.
Su voz retrospectiva está envasada al vacío.
Su voz introspectiva no atiende a la llamada
de conciencias ajenas.
Muerta, en este día azul,
los que la amaban ven el cielo negro.
Los rayos del sol traen cantos de jilguero,
pero con su voz muerta parecen estiércol.
Banderas a media asta, la mano en el pecho.
Los ojos cerrados mirando hacia dentro.
Un minuto de silencio, os lo ruego;
su voz, la mía, ha muerto.

lunes, 2 de junio de 2008

Ignorando a mi conciencia

Aquí sigo, firme contra el viento.
Sé remontar el vuelo camino del abismo,
aunque engañe a mi propia conciencia,
aunque no sepa resistirme al deseo
y jamás reserve un cheque en blanco
para comprar un gramo de silencio al exterior,
influencia maligna con labios de licor de cereza,
puerta al infierno para abstemios
y cerebros atrofiados por la sinrazón de la rutina.
No me llames ignorante por ignorar a mi conciencia.
Ignorante el que profesa palabras rotas,
el que pronuncia uniones de letras desgastadas
y se atribuye el mérito de un rostro
con los párpados cerrados por la vida.
Ignorante el esclavo de su conciencia,
el que no aprende a mandar sobre ella,
a cerrarle la boca con acciones contrarias
a lo estipulado por su voz omnisciente.
Al borde del precipicio,
mi alma mantiene la calma.
Ignoro a la conciencia, derrocho segundos de mi vida.
Le robo besos a la luna, coqueteo con las estrellas.
Y qué si mi voz está tranquila.

domingo, 1 de junio de 2008

365x24= 8760


¿Habrás pensado hoy en mi aunque sea un segundo?

viernes, 30 de mayo de 2008

Mochilero en tus ojos

Si me dejas, me voy de mochilero a tus ojos.
Acamparé en un acantilado con vistas
a tus vistas,
y veré lo que todos vemos pero más bonito.
Viviré en la parcela de tu iris,
cuadro expresionista de pintor moderno,
y colgaré la ropa de tus pestañas
para que se seque al viento.
Si me entra frío me arroparé con tus párpados,
y cada noche me quedaré dormido soñando despierto
sobre una balsa a la deriva por un océano
dividido en dos fragmentos.

miércoles, 28 de mayo de 2008

¿Enamorado?


Creo que me estoy enamorando. No siento mariposas en el estómago, ni se me sale el corazón del pecho (gracias a Dios). No se me ocurren versos empalagosos ni me da por decir que te necesito para tocar el cielo, que sin ti no puedo, que me voy a morir si no te tengo y toda esa sarta de sandeces sacadas de contexto. Simplemente me encantas, y al verte pienso que eres ideal, que tienes un montón de cosas que valoro y que me chiflan. Que eres una fusión perfecta entre cuerpo y alma, un valor al alza, el último exponente de una especie que creía extinguida. Un ser especialmente excepcional, al menos para mi. Y eso es lo que importa.
No creo que leas esto, pero si lo hicieras sabiendo que hablo de ti te quedarías con la boca abierta. O no, quién sabe. Por último, decir en esta atípica declaración (que no tiene destinatario, sobre ni sello) que quisiera quererte de manera diáfana, cristalina y sincera. Que tal vez no fuese eterno ni el amor de tu vida, pero que valdría la pena. Eso es todo.

1 de junio

Un año sin ti. Y sigue amaneciendo cada día, y por las noches el cielo oscurece. Un año sin ti, y el mar es aún mi amor oculto, y las nubes, de vez en cuando, se dignan a regalarnos la dicha de la lluvia. Un año sin ti, y sigo escribiéndote algún verso suelto, y me he enamorado de otros ojos aunque siga sintiendo algo por los tuyos. He perdido la exclusividad de tus labios, y el sabor de tu último beso ha sido sustituido por otro. Un año sin ti y sigue igual el parque; queda algo de los dos en nuestros lugares, y seguirá ahí mientras que la memoria retenga las vivencias que me regalaste. Un año sin ti y algo que no sé calificar, tal vez nostalgia, asoma en algunas noches de niebla y me arrastra a momentos que ya no están en ninguna parte pero que siguen existiendo como sombras en una habitación comatosa a la que devolvimos la vida, en una tarde a orillas de la playa o en una noche soñadora de verano.

No sé si algo ha cambiado de verdad. Y si algo ha cambiado, desconozco qué es exactamente. No sé si todo sigue igual o si todo es diferente, ni si soy más feliz como decías que sería o si soy un ser más triste. Supongo que soy el mismo pero un poco más viejo, un poco más desengañado, un poco más solo. Supongo que soy el mismo pero un poco más pobre, con el corazón aún vendado, pero a punto de recibir el alta médica. Solo espero, aunque me pese afirmar tal cosa, no volver a verte jamás, porque eso nos hará dichosos a ambos, como tú dijiste. Que cada día que pase pertenezcas un poco más a la tierra del olvido, hasta que un día no recuerde tu nombre, ni tu rostro, ni nada de lo que supusiste para mi. Olvidar que fuiste mi vida, la razón de mi existencia, y que te escribí decenas de poemas, peores o mejores, pero siempre sentidos. Que descubrí el cenit de lo que puede sentir un hombre mirando al universo que escondían tus ojos pardos con reflejos de aguamarina, y que en una fecha concreta que recuerdo a la perfección supe que jamás volvería a quererte como te quise en ese instante, con la totalidad de mi ser físico y espiritual, con la certeza de haber llegado al máximo amor que alguien puede experimentar por un semejante.

Que todo lo que fuimos pase a la historia. Y que pueda, al fin, gritar a los cuatro vientos que ya no te echo de menos.

viernes, 23 de mayo de 2008

La chica misteriosa de la calle Juan XXIII

Era una chica increíble. La bauticé como "la chica misteriosa de la calle Juan XXIII", nombre de la rúa por donde me la cruzaba cada día. Ella hacia un lado, yo hacia el opuesto. Yo hacia ningún sitio, ella vaya usted a saber. Su perfume me embaucaba; el rastro abandonado en nuestro choque sin contacto, rápido como un parpadeo, se me subía a la cabeza, me embriagaba. Temo que tal vez fuera la mujer perfecta: sinuosa, pelo lacio y moreno, curvas peligrosas, ojos verdes como de gata, tez tostada. No era la chica más guapa que he visto en mi vida, pero tenía un "noséqué" indescriptible. Algo que la hacía única. Un toque misterioso que me transmitía con los ojos en nuestras cortas miradas. Acertijos petulantes tras la superficie de sendas praderas.
Siempre quise pararla y decirle algo. Invitarla a un café, preguntarle su nombre; a dónde iba, de dónde había salido. Pero un día no volví a cruzármela. Ni al siguiente, ni al otro, ni al de más allá. Tal vez se fuese a vivir a otro sitio, tal vez cambiara de trabajo. Sea como fuere se me escapó el tren, como otros tantos se me han ido. Jamás la he vuelto a ver, y sé que jamás la veré de nuevo. Por eso a lo mejor la recuerdo tan bella, tan misteriosa. Porque sencillamente ya no existe más allá de un recuerdo magnificado. Porque sencillamente ya no es ella, sino otra.

viernes, 9 de mayo de 2008

Mercenario

Mercenario de reputado prestigio social,
defiendes con tu pluma una razón eclipsada
por el color de una bandera
cosida con remaches de valor fiducitario;
no ves más allá de unos principios impopios
que adoptaste a cambio del fruto del pecado.
¿Qué vale tu firma a pie de página
si tu abecedario está comprado?
Te usurparon la identidad,
compusieron con las letras de tu nombre
himnos prosaicos para oídos exaltados.

Mares de chocolate

Balancearme entre las lianas con la suavidad
de un rayo de canela en rama,
y descubrir entre los claros de las nubes
una nueva primavera
que ha venido para quedarse.
Hay vida después de la muerte,
lo juro.
Y campos tupidos de flores,
y mares de chocolate.

Algo raro surgido de dentro

Cuando sobran las palabras
los silencios son tesoros
la estridencia del vacío
nos regala el idilio
de abrir el oído
al lenguaje de los sordos

Cuando sobran las miradas
no se venden los colirios
se cotizan al alza los parches
y las vendas para los ojos
da igual paisajes verdes
o paredes de ladrillo
es indiferente el sentido
que a lo captado por la vista
otorgan los mecanismos del cerebro

martes, 26 de febrero de 2008

CESE TEMPORAL

Esta aventura comenzó en diciembre de 2006, y se toma un respiro más de un año después. "Amor sin h" ha sido el reflejo de mi vida, de mis sentimientos, de una época indeleble de mi existencia, para bien o para mal. Cada entrada de este blog es un pequeño fragmento de una gran historia de marcado carácter autobiográfico; tras cada título viven declaraciones de mi alma, latentes o manifiestas, firmadas por mi pluma.

La inspiración poética que conocí durante esta etapa de mi vida ha decidido irse con algún otro tipo y dejarme solo. No sé cuanto tiempo tardará en volver, supongo que hasta que me rompan de nuevo el corazón; entonces Ella acudirá para consolarme y hacer algo bonito con lo peor que quede en mi. Sólo he sabido escribir poesía inmerso en la tristeza y hoy soy demasiado feliz como para volver a escribirla. Así que aparco "Amor sin h" temporalmente y volveré cuando vea que la temática de mis versos comienza a girar sobre otro eje, cuando haya aprendido que puedo escribirle versos a un ramo de rosas, a la pata de una silla, a un trozo de cielo, al canto de un jilguero. Podríais tomaros todas las entradas de este último año y medio como un libro de versos, mi primer libro de poesía, que por supuesto llevaría como título un nombre de mujer, su nombre. Un libro irrecobrable, porque recordemos que más de ciento veinte poemas se perdieron sin remedio por un error del propio servidor. Un libro que, al fin y al cabo, pertenece al pasado, y no porque yo haya querido, sino porque las cosas vienen de una manera determinada y contra eso no puede uno luchar.

Escribí mi último relato corto en mayo de 2006, rumbo al Crea Joven de aquel año, edición que no gané. Más allá de aquel mayo, hasta hoy, apenas habré cogido el boligrafo para garabatear frases sueltas y algún microrrelato de no más de diez líneas. Dos años de abstención narrativa, un cráter demasiado extenso en mi historial personal. Ha llegado el momento de centrarme en narrar historias que no traten de mi ni de ella, sino de otros personajes a los que yo observo como una especie de hado que no está en ningún sitio ni se presenta, pero que todo lo ve, todo lo sabe y cuenta lo que le interesa para captar en diferente grado, según le convenga, la atención del lector. Ha llegado el momento de aparcar todo lo demás y retomar la senda que dejé a medias.

Serán tan sólo unos meses de ausencia; un paréntesis para vivir nuevas experiencias, para reflexionar lo vivido y madurarlo; un paréntesis que me hará volver con más fuerza. Gracias a todos por este tiempo tan bonito.


Sergio Pellicer

miércoles, 20 de febrero de 2008

Una flor entre ruinas

Tal vez no te lo creas, pero me visitas más a menudo de lo que deberías. Acudes por mi mente en forma de recuerdo, sin voz ni cuerpo, sin calor. Pero aún así sigues siendo igual de bella, incluso más; tal vez no haberte visto en tanto tiempo ha hecho que te idealice, que idealice tu compañía sumido en tu ausencia. Sé que nunca volverás, y sé que siempre te querré. Aunque no vuelva a verte, aunque cada vez estemos más lejanos hasta el punto de no saber si el otro existe o no, siquiera si existió alguna vez. Una frase, una melodía, un lugar, una fecha concreta o una habitación vacía hacen que brote una flor entre ruinas. Y entonces sé que, aunque todo terminase, algo de ti sigue vivo en algún rinconcito, entre el recuerdo y el olvido.

domingo, 17 de febrero de 2008

Seis años

Volvió a la misma cala, a la misma roca, a la misma hora. Sólo mar, ruido, soledad. Logró encender un cigarro tras una dura batalla contra el viento y miró al horizonte, paladeando el humo que se adaptaba al espacio de su boca mientras pensaba en ella. Con la inestimable ayuda del viento el cigarrillo pronto se convirtió en colilla. Lloró. Un ramo de rosas engullido por las olas, una carta de amor leída al viento, un beso lanzado al cielo con destino a ninguna parte. Seis años sin ella. Seis años. En esa misma cala, en esa misma roca, a esa misma hora. Los designios de un golpe de mar traicionero, teñido de sangre. Un adiós de sal, como sus lágrimas.

Solos...

El hombre y el mar, cara a cara, solos. El solitario buscando compañía en la soledad de las aguas...

viernes, 1 de febrero de 2008

Como un espejo en la vía del tren...

Tengo miedo del naufragio
aunque ya he naufragado más de una vez
sin una misera tabla a la que asirme
nadando hasta costas de islas desiertas
donde mi soledad ha sido
mi única compañía
junto al recuerdo de tu nombre
y un corazón partido en mil pedazos
como un espejo en la vía del tren...
Sé lo que significa el dolor
lo he vivido en mi carne
la ausencia desgarrada de calor humano
en noches interminables
alumbrado por la luna de agosto
a eso es lo que temo

a que me vuelvan a partir la vida en dos
a eso es a lo que temo
a entregar el corazón
que me lo devuelvan incompleto
ni a la muerte ni a los puntos suspensivos
yo le temo al adiós al naufragio al hasta aquí hemos llegado
al amor y a las formas derivadas de su lexema

martes, 22 de enero de 2008

¿Exististe?


Lo que vivimos no permanece en ningún sitio,
se esfumó para siempre.
Acaso asoma a la superficie
del pensamiento en noches de insomnio,
en paseos reflexivos por la playa,
en fotografías que habitan en silencio
como puntos de lectura
en el interior de libros dormidos
que una tarde abrimos por error.
Más allá de eso, nada.
No sé siquiera si tú guardas en tu fortuna
nuestro patrimonio de amor.
Lo cierto es que, en un caso u otro,
el tiempo nos lo arrebatará todo,
y sé que algún día me preguntaré
si fuiste un sueño, si exististe o no.

domingo, 13 de enero de 2008

Te sigo echando de menos...

En esa mesa estuvimos tú y yo. Ahora está vacía.

viernes, 11 de enero de 2008

El marcapasos del dinero

Hablan del amor como si fuesen kilos de harina.
Llevamos tres años, un mes y un cuarto de hora.
Coleccionan momentos en álbumes de fotos
que recuerdan cada 365 días con regalos
envueltos en papel elegante y cinta roja.
No llegan a fin de mes,
pero da igual. Es San Valentín.
Un beso no les basta, un te quiero se queda corto;
el Corte Inglés les enseñó que en el amor
sólo valen los diamantes y los brazaletes de oro,
y ellos cumplen a rajatabla, como buenos decuriones,
lo que el señor merchandising les dejó claro
en sus no sé cuantos mandamientos.
No robarás, financiarás tus compras a veinte meses,
pagarás con tarjeta de crédito.
"Las noches de los viernes me desfaso de bar en bar
conociendo a chicas de corazón aventurero.
Pero da igual, tu anillo dice que te quiero.
¿No vas a creerlo? Aún lo estoy pagando.
Y nosotros, amor, como sabes,
medimos nuestros latidos con el marcapasos del dinero...".

jueves, 10 de enero de 2008

Para ti...


Porque tus iris son mares y tus pupilas islotes,
por eso te escribo estas líneas.
Porque quisiera ser náufrago en tus ojos,
quién pudiera...
Porque asomarme a tus ojos es como tener
una casa en primera línea de playa
te escribo estas líneas.
Porque quisiera navegar por sus aguas
y descansar en sus calas de blanca arena;
quién pudiera...

miércoles, 9 de enero de 2008

Álbum


He visto tantos momentos reflejados en tus ojos que enfrentarme a ellos es como observar un álbum de fotos...

martes, 8 de enero de 2008

Pájaros en la azotea

Ella creyó que él era un príncipe.
él que ella era una princesa.
Pero como ocurre siempre
que se sale de los cuentos,
los dos se llevaron una amarga sorpresa.
De princesa tenía más una piedra,
y él no tenía caballo, corona ni cartera.
Desterrados al "ya no te aguanto"
como dos malas hierbas,
siguieron sus caminos
cada uno por su cuenta,
perdiendo decenas de ingratos disgustos
y ahorrando una pasta
en pastillas contra el dolor de cabeza.

sábado, 5 de enero de 2008

Tú sabes muy bien quien eres...

Sé que no te gusta que use tu nombre,
no por si se gasta o se destiñe,
sino porque eres asidua al anónimato,
prefieres no ser protagonista.
Pero tu fallo es no darte cuenta
de que eres demasiado bella
como para quedar desterrada
a actriz de reparto;
tú has nacido para ser estrella.
Eres especialista en removerme el alma,
y al interponerte en mi campo visual
enciendes la chimenea de mi inspiración
con tus ojos de fuego.
Me quitas el frío, me quitas el sueño.
Me robas la cordura y la sobriedad.
Ladrona del corazón, paga la factura,
la multa por daños y perjuicios,
la capa de pintura de esta pared desconchada.
Vuelve, vuelve, te necesito más que nunca.
Perdona a este pobre sin techo,
ábrele las puertas de tu casa,
tápale con tu suave manta de lana.
Ya está bien de fingir que no nos importamos;
me muero por ti, te quiero y lo sabes.
Llámame, responde si lees esto,
da señales de que existes,
lanza una bengala al cielo.
Tú sabes muy bien quien eres. Sí, tú.

Niña gallega de ojos de almendra,
perlas de mar;
llamarte en el silencio de la noche
es evocar el oleaje del Océano Atlántico.
Tu nombre me trae olor a sal
y me enamora, marinera;
qué placer saludar juntos al manto azul
desde la cúspide de la Torre de Hércules
o pasear por el jardín de San Carlos
como dos astronautas por las estrellas.
Amor imposible, árbol de arena,
echas raíces párpados adentro
e intoxicas con tus frutos exquisitos mi sesera.
El día que te encuentre pagaré la cuenta
que le debo al barman
de la barra libre de tus labios,
y con la luna como testigo protegido,
si me dejas,
caeré ebrio a tus pies
vencido por el vino dulce de tu boca.
Llévame a Finisterra, marinera.

viernes, 4 de enero de 2008

Tópicos

Dicen que esperar consiste en quedarse parado
pero existen esperas corriendo saltando volando
Dicen que esperar consiste en quedarse callado
pero existen esperas a gritos en susurros cuchicheando
Dicen que para esperar hay que coger turno
pero existen esperas sin colas sin INEM sin paro
Dicen que para esperar hay que saber de horarios
pero hay esperas sin reloj sin fechas sin calendarios
Dicen dicen dicen
Siempre hay alguien que por no callar
tiene que decir algo

lunes, 31 de diciembre de 2007

AETERNAM VALE


Esta vez no hablaré del tesoro
que escondías tras el cofre de tus párpados,
ni de lo mucho que te eché de menos
en mi exilio a una cama solitaria,
ni de las noches en que invité
a cenar a un recuerdo
para comérmelo con patatas.
No más palabras dedicadas
que no sé si leíste o no;
quedas desterrada al país de las horas extintas,
de dónde nada regresa
salvo en vísperas de fechas señaladas.
Ya nada queda de nosotros,
¿para qué seguir dedicándote poemas?
Harto de vagar cogido de la mano
de la nostalgia,
con una lágrima por bandera,
me despido de tu esencia
ondeando en el viento perfumado
un pañuelo verde de esperanza.
El mismo tiempo que antaño
se negó a transcurrir con rápidez
ha seguido avanzando en silencio
sin que yo me diera cuenta,
llenando el desierto que dejaste,
tierra que creí maldita y baldía,
con pétalos de arco iris y hojas de palmera.

Sergio

martes, 11 de diciembre de 2007

LA CARTA


Que la luz de una carta blanca
elimine la distancia

impuesta por un mapa una brújula un adiós
si el mundo es un cajón

un pañuelo

en la estación

una esfera lapislázuli

una barca sin patrón

no temas

un puente cose los dos lados del océano
un puente en un sobre con tu dirección

aunque te sientas sola
lee esta carta y recuerda
que aquí allí o en la Luna
uno y una suman dos

sábado, 8 de diciembre de 2007

XXXXX


Si te viera cada noche, en tres meses escribiría un libro con noventa poesías. Y es que hay que ver como eres capaz en tan sólo dos minutos de echar por el suelo seis meses de olvido; sólo con una sonr¡sa, sólo con una mirada, sólo con un movimiento de tu pelo.
Tus movimientos inconscientes remueven mi alma de poeta.

sábado, 1 de diciembre de 2007

LA QUERÍA

La quería como se quiere al aire,

con la urgencia vital de una necesidad fisiológica;

como comer, como dormir, como beber.

La quería como el marinero que se sienta en la barca

y le canta una canción añeja a su amor de ojos salados,

como el soñador al sueño de encontrar

algo más allá de la mera fantasía onírica.

La quería con el corazón, con el alma,

con los pies, con las manos, con todo mi cuerpo;

la quería por su corazón, por su alma,

por sus pies, por sus manos, por todo su cuerpo.

La quería más allá de lo tangible,

la quería de tal manera que no sé ni por qué la quería.

La quería lo suficiente como para derramar lágrimas,

como para aullar a la nada en esta noche rota

y maldecir al recuerdo de mi suerte extinta.

Tal vez poco, tal vez demasiado. Pero la quería.

martes, 27 de noviembre de 2007

OLIVETTI


Vuelvo de la universidad en un tren de cercanías que extrañamente para en Torreagüera (acontecimiento que ocurre tan sólo seis veces al día, cuarenta y dos a la semana y dosmilcientonoventa al año). ¿Esperar a un autobus o andar veinte minutos largos hasta mi casa? Prefiero un paseo por urbanizaciones y carreteras que se pierden en la huerta, claramente: lo siento por ti, querido 30, tu irregularidad horaria ha ido limando la confianza que un día deposité en tus servicios públicos hasta reducirla a la necesidad, al sí o sí, a los callejones sin salida. Ando placidamente bajo un sol de noviembre que acaricia mi piel con cariño de invierno - el frío se llevó el arrebato de locura del Astro Rey, obstinado en desvencijar mi cutis sin respetar siquiera la cuestionada autoridad de las cremas protectoras -, giro la esquina de una planta baja y a través de una ventana, situada casi a pie de calle, un sonido llega a mis oídos, un ritmo compuesto de familiares y entrañables traqueteos: es el dulce teclear de una vieja Olivetti en peligro de extinción, la resistencia al feroz azote del paso del tiempo, un aquí estoy yo que reivindica su derecho a la existencia en una era de portátiles.

DEDICATORIA


Dedico esta entrada a esos poemas de instituto perdidos en un cajón desastre, a la realidad finita que retratan esas fotos archivadas a conciencia en una carpeta polvorienta y dormida en una estantería inalcanzable sin la preciada ayuda de un taburete, a todo aquello que creemos interminable y que no obstante lleva la fecha de caducidad tatuada en el dorso. Dedico esta entrada a los castillos de fantasía cosidos con hilo de seda sobre la superficie del aire, a las promesas que sonaban a gloria en nuestros oídos y a idioteces en los oídos de las madres, a palabras que no vieron el mundo que existe más allá de una frase. Dedico esta entrada al primer amor. ¿Qué bonito fue, verdad?

sábado, 24 de noviembre de 2007

TUS OJOS...


Asomas tus ojos al interior de los míos, llamas a la puerta de mi cornea con tus nudillos de lapislázuli y al abrirte inundas mi morada marrón con un fragmento de océano, con una piscina olímpica. Tu silencio, sujeto por nubes de algodón, roza la bóveda celeste de tus pupilas y me permite leer desde el espacio exterior unos versos traducidos al idioma de la retina. Salto desde mi trampolín al fondo submarino que custodian tus pestañas hechas de algas, y buceo en tu misterio azul a la búsqueda de unas burbujas de oxígeno que me mantengan con vida.

viernes, 9 de noviembre de 2007

QUERIDO FOLIO

Como nadie entiende mi pesar, se lo cuento a un folio vacío. Quizá no responde ni aconseja,
pero recoge atentamente mi letra, mi firma, mis lágrimas. ¿Sabes cuál es mi problema, querido folio? Mi problema es que estoy perdido, que no he encontrado aún el camino a seguir, que di todo mi corazón y ahora vivo bajo un puente: no tengo nada, no me queda corazón ni para quererme. Ya no es su nombre, su manera de ser, el olor que desprendía el perfume al tomar contacto con su piel de seda; no me limito a la región de lo físico, de lo meramente tangible, de lo banal. Yo voy más allá. Hablo de una figura, de un sentimiento, de una época, de lo que ella supuso para mí entre una fecha y otra. Hablo de lo que yo mismo era en ese intervalo temporal que comprende la creación y la destrucción de mi propio universo de amor. Pensar que todo eso ha desaparecido, que esa época ha pasado a mi biografía, es un pinchazo insoportable en el estómago, un suspiro en el silencio de esta noche triste y sin estrellas. Las palabras que sentí y combiné con elegancia en pequeñas cuartillas escritas con letra roja para entregarle con cariño, los paisajes que contemplé en sus ojos y su repercusión en mi alma, la prosa de su lengua transcrita a verso en mis oídos. Mi propio yo, el yo de aquel entonces, extinguido para todos, extrañado por mi. Ya no sé quién es, ni quién soy. Ya no sé nada.

Y si...

Sé que he nacido para amarte, pero desconozco tu identidad.
¿Y si no nos cruzamos en el camino?
Estaré condenado a amar a un recuerdo que aún no tengo...

jueves, 25 de octubre de 2007

POEMA DE RUBÉN MARTÍNEZ MESEGUER

Fue la primera de dos noches de septiembre que recordaré, mientras aguante mi memoria, con mucho cariño. Una suave lluvia acariciaba el asfalto mientras nosotros, en una habitación de una casa de playa, mirábamos, amparados tras un cristal, cómo las nubes se caían a pedazos. Eramos cuatro colegas alrededor de una guitarra; una botella de sidra, un paquete de cigarros y unas cervezas nos hacían compañía. Por supuesto, ella también estaba ahí: Nostalgia, esa mujer que ocupa nuestra vida momentáneamente cuando otra se ha ido y que tanto se parece a la que nos ha roto el corazón. Por eso no es igual en todos los hombres, ni se representa a todos de la misma manera. Para unos es rubia, para otros castaña, y puede tener los ojos de todos los colores posibles, así como cualquier figura. Nostalgia ataca de noche, cuando estás dando vueltas en la cama, o cuando hueles un perfume conocido, escuchas un nombre o te sientas frente al mar. Y esa noche, a mi buen amigo Rubén, Nostalgia le atacó en el papel, mientras escribía unas líneas. Pero él, valiente guerrero de la palabra, supo enfrentarse a ella con su espada poética y ganar, al menos, una batalla de versos...
Soñar,
profundidad en el mar.
Las olas barren el recuerdo
que un día fue mi presente.
Brisa que aleja el mal tiempo;
esperanza que vuelve a nacer.
Burbuja en la que me muevo
sin necesidad de respirar.
El pensamiento sigue vivo
sin apenas pasar por mi mente.
Noche en la que la oscuridad
dio paso a una nueva mañana,
un nuevo amanecer sin prisa.
Sonido de un barco lejano
que dibuja un día de lluvia.
Lejos, la razón
ya daba paso al olvido.
Rubén Martínez Meseguer
Gracias por compartir tu arte con todos los amigos de Amor se escribe sin H. Y gracias, sobre todo, por hacer que cada momento contigo, por pequeño que sea, se convierta en una anécdota que contar con una sonrisa entre los labios.

lunes, 22 de octubre de 2007

LA VIDA

La vida muere en un cruce de trenes.
En su choque de vientos un alma cambia de vagón
marchándose muy lejos en la dirección contraria,
y en el silencio de los campos dorados
las espigas se mueven agitadas.

martes, 9 de octubre de 2007

EFIGIE


Estoy sentado en un muro justo enfrente del mar,

tullido ante una marea enloquecida.

Hace apenas un año estabas tú aquí,

sentada a mi lado, apoyada sobre mi hombro

mientras observabas plácidamente el afable horizonte.

Tu cuerpo me transmitía un calor agradable

que me resguardaba de la helada brisa marina,

y el olor del salitre se mezclaba con la fragancia

del perfume pulverizado en tu suave cuello.

Un espectro de arena me acompaña

en este instante de agridulce evocación,

mis lágrimas se alimentan con tu mirada de efigie,

personificada por el bravo mar de tonalidades verdes.

YA NO EXISTE


Ya no existe tu voz, ni tu pelo, ni tu rostro. Ya no existen tus manos, tu risa, tus palabras de esperanza. No existen tampoco tus besos, tu increíble atractivo, el magnetismo que me atraía y cegaba mi razón. Ya no existen nuestras noches, nuestras tardes, nuestros días, nuestras conversaciones frente a un mar de pétalos de rosa, nuestras ganas de luchar, de ganar, de apostar a doble o nada. Ya no existen nuestras discusiones, nuestras reconciliaciones; tus abrazos, tus caricias, tus palmadas en la espalda, la luz de tus ojos pardos con reflejos de aguamarina, la ciega confianza recíproca que nos devolvía el agradable sentido de la vista. Sólo me queda la hoguera cada vez más pequeña de tu recuerdo y algún encuentro casual terminado en un "hastaluego" que tarda meses en cumplirse. Así terminan todas las cosas de la vida, hasta las más importantes: el tiempo las engulle, las absorbe y las arrastra hacia una firme y absoluta desaparición.

DICHOSO IDILIO DE LOCURA


Tu pureza era un manantial

que purificaba mi lado más oscuro.

Ahora que no estás la contaminación

degrada mi corazón menguante.

¡Oh, dichoso idilio de locura,

pérfida extrañeza que nos unió

en el destierro de las amapolas!

El vacío me absorbe,

un remolino de locura

me arrastra a lo desconocido.



CADA VEZ

Cada vez que veo un par de ojos bonitos me acuerdo de ti...

viernes, 28 de septiembre de 2007

VERSOS

Versos escritos en momentos pasados
conservan intactos sentimientos caducos
que convertí en perennes en el papel.
Sentimientos que alguien o algo despertó
en mi persona,
y que yo, mediante un boligrafo,
inmortalicé para que un poco de lo que fui
resistiera el azote del tiempo.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

ESCLAVO


El tiempo se desplaza a sesenta segundos por minuto.
No sé dónde, ni por qué, ni cómo; sólo que te fuiste.
Subiste en un tren de agujas
que viaja más rápido que mi capacidad de olvidar.
La esperanza de encontarte más allá del recuerdo se desvanece,
las preguntas sin respuesta son ya parte de mi.
Me quedan muchos años por delante y sé que no podré olvidarte.
La nostalgia me encadena al pasado, soy un esclavo de lo que fui:
el esclavo de un hombre feliz y radiante que pensaba en ti
con la misma frecuencia que lo hace ahora;
el esclavo de un hombre que era esclavo de unos ojos que existían
más allá de la imagen archivada por la retina.

VOCALES (poesía de Arthur Rimbaud)


He aquí un soneto del gran poeta francés Arthur Rimbaud. Espero que os guste.

"A negro, E blanco, I rojo, U verde, O azul: vocales,

diré algún día vuestros nacimientos latentes:

A, negro corsé velludo de las moscas brillantes

que zumban alrededor de hedores crueles,

golfos de sombra; E, candor de los vapores y las tiendas,

lanzas de los glaciares orgullosos, reyes blancos, escalofríos de umbelas;

I, púrpura, sangre escupida, risa de labios bellos

en la cólera o en las borracheras penitentes;

U, ciclos, vibraciones divinas de los mares verdosos,

paz de las dehesas sembradas de animales, paz de las arrugas

que la alquimia imprime en las grandes frentes estudiosas;

O, supremo clarín lleno de estridencias extrañas,

silencios atravesados por mundos y por ángeles:

-O, el Omega, ¡rayo violeta de tus ojos!".

PASOS

Sigo unas huellas marcadas en el suelo.

¿Dónde me llevan mis pies?

Sigo unos pasos clavados en la acera.

¿A quién sigo, a quién?

Tacones de aguja. Sandalias de esparto. Pies desnudos.

Fantasmas se cruzan en mi camino,

todos pasaron por aquí antes que yo.

Es imposible llegar el primero.

LÍMITE


Me paso la vida intentando encontrar el límite de todo.

¿Dónde estás? ¿Dónde estás?

Autopista hacia la autodestrucción.

"Límite, límite, ¡límite!".

Te llamo en la noche y el exceso me contesta,

la fría voz del pecado.

¿Dónde estás, dónde?

Creo que no existes, eres una leyenda urbana

que circula por bares, armas de autodestrucción masiva.







NUEVO BLOG, NUEVA VIDA

¡Bienvenidos!
A los que ya conocíais Amor se escribe sin H agradeceros que os paséis por la nueva ubicación; a los que me visitáis por primera vez, desearos una feliz estancia. Debido a una serie de problemas técnicos con el servidor original, Enunblog.com, me he visto obligado a crear esta nueva dirección. Pero tranquilos, porque trataré de recuperar los contenidos de la versión original y los iré colgando poco a poco. Os tengo reservadas muchas sorpresas, así que no dejéis de visitarme. Un saludo de Sergio Pellicer.