martes, 27 de noviembre de 2007

DEDICATORIA


Dedico esta entrada a esos poemas de instituto perdidos en un cajón desastre, a la realidad finita que retratan esas fotos archivadas a conciencia en una carpeta polvorienta y dormida en una estantería inalcanzable sin la preciada ayuda de un taburete, a todo aquello que creemos interminable y que no obstante lleva la fecha de caducidad tatuada en el dorso. Dedico esta entrada a los castillos de fantasía cosidos con hilo de seda sobre la superficie del aire, a las promesas que sonaban a gloria en nuestros oídos y a idioteces en los oídos de las madres, a palabras que no vieron el mundo que existe más allá de una frase. Dedico esta entrada al primer amor. ¿Qué bonito fue, verdad?

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