Hablan del amor como si fuesen kilos de harina.
Llevamos tres años, un mes y un cuarto de hora.
Coleccionan momentos en álbumes de fotos
que recuerdan cada 365 días con regalos
envueltos en papel elegante y cinta roja.
No llegan a fin de mes,
pero da igual. Es San Valentín.
Un beso no les basta, un te quiero se queda corto;
el Corte Inglés les enseñó que en el amor
sólo valen los diamantes y los brazaletes de oro,
y ellos cumplen a rajatabla, como buenos decuriones,
lo que el señor merchandising les dejó claro
en sus no sé cuantos mandamientos.
No robarás, financiarás tus compras a veinte meses,
pagarás con tarjeta de crédito.
"Las noches de los viernes me desfaso de bar en bar
conociendo a chicas de corazón aventurero.
Pero da igual, tu anillo dice que te quiero.
¿No vas a creerlo? Aún lo estoy pagando.
Y nosotros, amor, como sabes,
medimos nuestros latidos con el marcapasos del dinero...".
viernes, 11 de enero de 2008
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