jueves, 25 de octubre de 2007

POEMA DE RUBÉN MARTÍNEZ MESEGUER

Fue la primera de dos noches de septiembre que recordaré, mientras aguante mi memoria, con mucho cariño. Una suave lluvia acariciaba el asfalto mientras nosotros, en una habitación de una casa de playa, mirábamos, amparados tras un cristal, cómo las nubes se caían a pedazos. Eramos cuatro colegas alrededor de una guitarra; una botella de sidra, un paquete de cigarros y unas cervezas nos hacían compañía. Por supuesto, ella también estaba ahí: Nostalgia, esa mujer que ocupa nuestra vida momentáneamente cuando otra se ha ido y que tanto se parece a la que nos ha roto el corazón. Por eso no es igual en todos los hombres, ni se representa a todos de la misma manera. Para unos es rubia, para otros castaña, y puede tener los ojos de todos los colores posibles, así como cualquier figura. Nostalgia ataca de noche, cuando estás dando vueltas en la cama, o cuando hueles un perfume conocido, escuchas un nombre o te sientas frente al mar. Y esa noche, a mi buen amigo Rubén, Nostalgia le atacó en el papel, mientras escribía unas líneas. Pero él, valiente guerrero de la palabra, supo enfrentarse a ella con su espada poética y ganar, al menos, una batalla de versos...
Soñar,
profundidad en el mar.
Las olas barren el recuerdo
que un día fue mi presente.
Brisa que aleja el mal tiempo;
esperanza que vuelve a nacer.
Burbuja en la que me muevo
sin necesidad de respirar.
El pensamiento sigue vivo
sin apenas pasar por mi mente.
Noche en la que la oscuridad
dio paso a una nueva mañana,
un nuevo amanecer sin prisa.
Sonido de un barco lejano
que dibuja un día de lluvia.
Lejos, la razón
ya daba paso al olvido.
Rubén Martínez Meseguer
Gracias por compartir tu arte con todos los amigos de Amor se escribe sin H. Y gracias, sobre todo, por hacer que cada momento contigo, por pequeño que sea, se convierta en una anécdota que contar con una sonrisa entre los labios.

lunes, 22 de octubre de 2007

LA VIDA

La vida muere en un cruce de trenes.
En su choque de vientos un alma cambia de vagón
marchándose muy lejos en la dirección contraria,
y en el silencio de los campos dorados
las espigas se mueven agitadas.

martes, 9 de octubre de 2007

EFIGIE


Estoy sentado en un muro justo enfrente del mar,

tullido ante una marea enloquecida.

Hace apenas un año estabas tú aquí,

sentada a mi lado, apoyada sobre mi hombro

mientras observabas plácidamente el afable horizonte.

Tu cuerpo me transmitía un calor agradable

que me resguardaba de la helada brisa marina,

y el olor del salitre se mezclaba con la fragancia

del perfume pulverizado en tu suave cuello.

Un espectro de arena me acompaña

en este instante de agridulce evocación,

mis lágrimas se alimentan con tu mirada de efigie,

personificada por el bravo mar de tonalidades verdes.

YA NO EXISTE


Ya no existe tu voz, ni tu pelo, ni tu rostro. Ya no existen tus manos, tu risa, tus palabras de esperanza. No existen tampoco tus besos, tu increíble atractivo, el magnetismo que me atraía y cegaba mi razón. Ya no existen nuestras noches, nuestras tardes, nuestros días, nuestras conversaciones frente a un mar de pétalos de rosa, nuestras ganas de luchar, de ganar, de apostar a doble o nada. Ya no existen nuestras discusiones, nuestras reconciliaciones; tus abrazos, tus caricias, tus palmadas en la espalda, la luz de tus ojos pardos con reflejos de aguamarina, la ciega confianza recíproca que nos devolvía el agradable sentido de la vista. Sólo me queda la hoguera cada vez más pequeña de tu recuerdo y algún encuentro casual terminado en un "hastaluego" que tarda meses en cumplirse. Así terminan todas las cosas de la vida, hasta las más importantes: el tiempo las engulle, las absorbe y las arrastra hacia una firme y absoluta desaparición.

DICHOSO IDILIO DE LOCURA


Tu pureza era un manantial

que purificaba mi lado más oscuro.

Ahora que no estás la contaminación

degrada mi corazón menguante.

¡Oh, dichoso idilio de locura,

pérfida extrañeza que nos unió

en el destierro de las amapolas!

El vacío me absorbe,

un remolino de locura

me arrastra a lo desconocido.



CADA VEZ

Cada vez que veo un par de ojos bonitos me acuerdo de ti...